El @MAEF y el @museuetnograficcanros se unen para compartir el hashtag de hoy #JuntsMW de la #MuseumWeek. Hablamos de #EspaisEnComu
El MAEF presenta el sepulcro megalítico de ca na Costa (Formentera). El ser humano es un animal social y la clave de su éxito evolutivo radica en la colectividad de sus adelantos, en el sentimiento de comunidad que lo une y en los esfuerzos conjuntos cuando el peligro lo amenaza. La voluntad de sentirse parte de un grupo se plasma desde la prehistoria en las prácticas funerarias de muchísimas sociedades. Los primeros habitantes de las Pitiusas así lo sintieron también, la primera y más importante tumba documentada en nuestras islas es un gran ejemplo: el sepulcro megalítico de tipo colectivo de ca na Costa. Dentro de su cámara se recuperaron restos de como mínimo 8 personas, hombres y mujeres que quisieron pasar la eternidad de su descanso de forma conjunta en un tipo de tumba que también los unía culturalmente con otros muchos territorios.
El Museo Etnográfico Can Ros presenta el trull (trullo-prensa) de Can Ros. Las familias del campesinado ibicenco, igual que todas las sociedades premodernas, tenían unas relaciones fuertemente marcadas por diferentes compromisos de reciprocidad. Un trato basado en la ayuda mutua, al compartir recursos y en la búsqueda de un beneficio común. Determinados trabajos estaban siempre condicionados por la participación de un grupo humano. Un ejemplo es el trabajo en los trullos. El trullo es un espacio destinado a la trituración y al prensado de las olivas para extraer el aceite. A menudo se encontraba anexo a las viviendas o bien muy cerca. Es un habitáculo de grandes dimensiones en comparación con otros aposentos de la casa, a causa de la complejidad de los elementos que forman parte de la instalación. La mayor parte de los trullos documentados en Ibiza eran de propiedad familiar pero también se han encontrado trullos comunales, levantados por familias que habían invertido una cantidad económica en su construcción.